Pues sí, al desnudo...
Y no es mi primera vez, no...
Ya me estrené
con esta maravilla. Y la verdad, me gustó taaaaanto el
resultado, que ya tenía muchas ganas de otra.
Así soy: lo pienso, lo hago. De repente pienso:
¡quiero hacer una carrot cake! ¡Y la quiero desnuda! ¡Ale! ¡Viva
la libertad de expresión reposteril! ¡Y la que no es reposteril
también!
Por otra parte, hace mucho tiempo que quería hacer
una carrot cake para que la probara mi madre, porque sabía que le
iba a encantar. En estas cosas somos muy parecidas: el dulce nos
pierde, todos en general y, esta clase de bizcochos, en particular.
Hay miles de recetas de carrot cake, pero yo, fiel a
mis principios y al amor incondicional que le tengo, ¡me he decidido
por la de Peggy Porshen!!
Al lio:
Para los bizcochos:
Para dos moldes de 18cm.
- 140 ml de aceite vegetal.
- 200 g de azúcar moreno.
- 1 huevo batido.
- 80 g de nueces tostadas y picadas finas.
- 320 g de zanahorias, peladas y ralladas.
- 280 g de piña en conserva, escurrida y troceada.
- 290 g de harina.
- 3/4 de cucharadita de bicarbonato.
- 3/4 de cucharadita de canela molida.
- 3/4 de levadura en polvo.
- Una pizca de sal.
- Las semillas de una vaina de vainilla.
Horneamos los bizcochos un día antes de servirlos.
Precalentamos el horno a 180ºC. Preparamos los
moldes. los engrasamos y forramos con papel de horno.
¡Y empezamos!
Vertemos el aceite vegetal y el azúcar moreno claro
en un cuenco mezclador y batimos bien. Batimos ligeramente el huevo y
lo añadimos gradualmente a la preparación de aceite hasta conseguir
una mezcla homogénea. Añadimos las nueces, las zanahorias y la piña
y mezclamos suavemente.
Tamizamos juntas la harina, el bicarbonato, la
levadura, la canela y la sal y las añadimos a la preparación húmeda
en dos tandas. Mezclamos a velocidad lenta hasta que la masa esté
ligada.
Dividimos la masa de manera equitativa entre los
moldes. Horneamos 40/50 minutos, dependiendo del horno. Estarán
cocidos cuando los bordes empiecen a separarse de las paredes de los
moldes y las superficies estén doradas. En caso de duda, podemos
insertar un cuchillo limpio en el centro de cada bizcocho. Debe salir
limpio.
Para la crema mascarpone:
- 250 ml de queso mascarpone.
- 250 ml de nata con más del 35% de materia grasa.
- Azúcar glas al gusto.
En un bol batimos el queso mascarpone. Cuando esté
bien mezclado le empezamos a añadir la nata sin dejar de batir y el
azúcar. Batimos hasta que monte.
Para el montaje:
Cortamos y nivelamos los bizcochos de manera que nos
queden cuatro iguales. Rellenamos cada uno con la crema mascarpone.
Decoramos con nueces picadas.
¡Y listo! Así, sin más, sin engaños, sin
adornos, desnuda.
Besazos a mogollón.
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