Piña colada... Ayns... sólo el nombre ya te hace divagar...
Yo, es que, es oír piña y colada (no la de la ropa ¿eh?, que esa
es oírla y entrarme ganas de salir corriendo) y pensar en palmeras,
playas cristalinas y cócteles a tuti-pleni...
Me diviso a mi misma, bajo la palmera; en una tumbona, de esas que
dan ganas de quedarse a vivir en ellas; con mis gafas de sol, de esas
que te hacen parecer interesante; con mi pamela, también de esas,
que no molestan cuando te tumbas y quedan monísimas (no como las
que yo me compro todos los años en los chiringos de souvenirs que no
hay manera de mantenerlas en su sitio y que es apoyar la cabeza en la
toalla -porque de tumbona ni hablamos- y clavársete por to los
sitios); y pidiéndole al camarero (si, también a uno de esos
morenazos que salen por la tele y que deben de vivir en ella, porque
en las playas reales ¡no se les ve!), una piña colada...
¡Aaaaaaaaayyyyyyyyynnnnnnnnnsssssssssss!!. Y yo, monísima con mi
pamela, mi tumbona, mis gafas, mi piña colada, y el camarero
morenazo sonriéndome...
Y, de repente, cuando estoy metida de lleno en mi divagación,
viene uno de mis hijos y así, sin miramiento ninguno, ni aviso
previo ni na, de un manotazo me devuelve a la relidad. ¡Mamaaaaaaa!!!!, ¡mamaaaaaaaaaaaaaaa!!!! Y ya no hay palmeras, ni
tumbona, ni pamela, ni gafas, ni morenazo... Pero eso sí, ¡sin piña
colada no me quedo!!! Y además en una versión inmejorable, ¡layer
cake!! ¡A por ella!!.
La receta del bizcocho es delblog cocinerando. Tiene unas cosas...Ummmm, me encanta, sus
recetas y su estilo. Daos un paseito por él, que os va a gustar
mucho.
- 300 gr. de harina.
- 180 gr de azúcar.
- 3 huevos.
- 1 yogur de coco.
- 50 gr. de coco rallado.
- 80 ml de aceite de girasol (yo usé de repostería).
- 40 ml de almíbar de piña (yo usé el de la lata).
- 20 ml. de ron añejo.
- 5 rodajas de piña en almíbar (yo usé en su jugo, ya sabéis que soy de poco dulce extra).
- 1 sobre de levadura.
Para el relleno:
- 400 ml. de nata con más del 35% de materia grasa.
- 250 ml. de queso mascarpone.
- 250 ml. de queso cremoso.
- Azúcar glas al gusto.
- 2 cucharadas de mermelada de piña (yo usé la de La Vieja Fábrica, que me encantaaa).
- 2 cucharadas de ron.
- 2 cucharadas de coco rallado.
- 1 hoja de gelatina neutra.
Para el almíbar de piña:
- 60 ml. del jugo de la lata de piña.
- 30 ml. de ron.
Para decorar:
- 400 ml. de nata fría con más del 35% de materia grasa.
- Colorante en gel amarillo.
- Rodajas de piña en almíbar.
- Mermelada de piña.
- Azúcar glas al gusto.
- 2 cucharadas de harina de maíz.
- 1 cucharada de coco rallado.
- Un chorreoncito de ron (alegría, alegría).
- Un poquito del jugo de la piña.
- Un poco de coco rallado.
¡Al lio!
Preparamos los moldes. La receta es para dos moldes de 18 cm. Y
precalentamos el horno a 180º.
Para el bizcocho:
Batimos los huevos con el azúcar y el almíbar 2 o 3 minutos a
velocidad media. Añadimos el yogur, batimos e incorporamos el aceite
y el ron en hilo sin dejar de remover.
Trituramos la piña y la añadimos junto con el coco rallado.
Batimos.
Por último, volcamos la harina (mezclada con la levadura y
tamizada) y batimos hasta que esté integrada.
Repartimos la mezcla en los moldes y metemos en el horno. Ya os
digo que ¡huele de maravilla!!! Tal cual como una piña colada.
La mousse:
Ponemos a hidratar la gelatina en un vaso con agua fría 2
minutos.
En un cazo ponemos la nata, los dos quesos, el azúcar, la
mermelada de piña, el coco y el ron. Removemos hasta que esté todo
bien mezclado. Retiramos del fuego, escurrimos la hoja de gelatina y
se la añadimos. Removemos bien hasta que esté completamente
disuelta. Dejamos templar y metemos un ratito en la nevera, hasta que
coja un poco de consistencia.
El almíbar:
Mezclamos el jugo de la piña con el ron y ¡listo!!
La decoración:
Vertemos la nata bien fría en un bol (si podéis meterla 5
minutos antes en el congelador, mejor) y empezamos a batir. Cuando
empiece a montar, le vamos añadiendo el azúcar, poco a poco, y el
colorante. Seguimos batiendo hasta que este completamente montada.
Montamos nuestro cóctel ¡Ole!.
Cortamos los dos bizcochos por la mitad.
Colocamos uno en el plato en que vayamos a montar la tarta. A
continuación, cogemos el aro del molde que hemos utilizado para hacer
los bizcochos y lo metemos dentro, cerramos el molde y forramos con
papel de acetato (lo podéis encontrar en cualquier papelería).
Rociamos el bizcocho con el almíbar de piña y ron. ¡
Oooooooooooole!! Sacamos la mousse de la nevera y vertemos una
buena capa por encima (yo he utilizado un cazo grande y he puesto
dos cazos por capa de bizcocho). Ponemos otro bizcocho y vamos
repitiendo la operación hasta el último. No os preocupéis si
sobresale el relleno por las paredes de la tarta, luego quedará todo
cubierto.
La metemos en la nevera 4 horas mínimo. Mejor toda la noche.
Vale, y ahora viene lo superchungo: ¡desmoldarla!! Yo, no sé
vosotr@s, pero cada vez que tengo que hacer una tarta de queso o una
de mousse, me estresa mogollón la hora de desmoldarla...
Bueno, pues eso, sacamos la tarta de la nevera y con extremo
cuidado desmoldamos. Si nos sale bien, es obligado dar unos saltitos
y unos giros en la cocina. ¡Incluso estaría bien darnos unos
cuantos besos nosotras mismas!!
Cogemos la nata montada y vamos cubriendo con ella toda la tarta. Con una buena capa, ¿eh? Cuando la tengamos totalmente cubierta, la
metemos en la nevera unos 30 minutos.
Mientras tanto, ponemos a calentar la mermelada de piña (yo
calenté toda la que me sobró de bote; ¡ale, pa que no falte!!)
junto con la harina de maíz, el coco, un poco de jugo y el chorreon de ron, ¡ole! Removemos hasta que esté completamente integrado, calentamos un par de minutos y retiramos del fuego. Dejamos atemperar.
Sacamos la tarta. Si quereis, con la ayuda de la manga pastelera y una boquilla redonda, le podemos hacer los bordes para que no se derrame la salsa. Vertemos la salsa de piña por encima y ¡nos la zampamos!!!!
La verdad, que esta tarta ha sido todo un reto y me he probado a
mi misma que se puede ir improvisando sobre la marcha. Y que de los errores se aprende y, hasta hay veces, que salen cosas estupendas
como estas, porque tengo que confesar que la mousse de piña no iba
a ser tal, peeero salió así y creo que fue todo un acierto,
porque le aporta frescor a la tarta.
Y nada, ya os dejo, hasta la semana que viene. Voy a ir a por un
trocito de mi layer cake de piña colada y me voy a poner a divagar
en el sofá: playas cristalinas... piña colada... camareros
morenazos... pamelas estupendas...palmeras inclinadas...
Besazos a mogollón:
Eva.
Hola! Madre mía qué pintaza! has vestido de fiesta mi bizcocho! Muchas gracias por avisar y dedicarme esas palabras :)
ResponderEliminarVoy a ver qué más golosadas tienes por aquí ;)
Besos
Hola Wada! Gracias a ti, por esa maravilla de bizcocho! estaba buenísimo!! Me ha hecho muchísima ilusión que me dediques estas palabras.Un besazo!!
EliminarQue buenísima!!! Con lo que me gusta la piña colada!!! mmm
ResponderEliminarBuenísima y refrescante Raquel! Un abrazo guapa!!
EliminarMmm...tiene una pinta deliciosa!!, esta caerá seguro :)). Gracias por compartirla.
ResponderEliminarMuchísimas gracias!!
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