domingo, 2 de febrero de 2014

Tarta mousse de chocolate y praliné.



¿Sabéis cuando lo tienes todo preparado para hacer una cosa y te sale mal?

¿Cuando, en el último momento, la última pieza que tiene que encajar falla?

¿Cuándo maldices una y otra vez al chocolate blanco y a lo que sea que no ha querido encajar en tu puzle mental? (Donde claramente veías que iba a quedar perfecta)


Pues eso me ha pasado a mi...
Esta entrada no iba a ser una mousse de chocolate, no... Iba a ser una mousse de kiwi cubierta de ganache de chocolate blanco.

¡Pero al señor chocolate blanco no le ha dado la gana tener la consistencia adecuada! ¡Y al señor mousse de kiwi, menos todavía! Así que he pasado de ellos. Literalmente, los he mandado al cubo de la basura... ¡No quiero malas compañías!


Y para resarcirme de tanto dolor, he llamado a mi querido y amado chocolate negro, el que nunca me falla, el que me quiere incondicionalmente...¡Siiii!!! ¡Y yo a él!!!

En este caso, he usado un chocolate con praliné que tenía por casa.  Como ya os digo, ha sido todo un poco improvisado...

¡Pero ha salido una mousse divina, fácil y preciosa!

Vamos con la receta:

Para la base:

- Un paquete de masa brisa fresca. ¡Ole! ¡Viva la vida fácil!.

Forramos un molde redondo con la masa y recortamos con un cuchillo lo que sobre por los laterales. Pinchamos la base con un tenedor y cubrimos con legumbres para que la masa no suba.

Metemos en el horno previamente precalentado a 180º unos 10/12 minutos.

Sacamos, dejamos enfriar y retiramos las legumbres.

Para la mousse (del libro de Maryan Keyes "Salvada por los pasteles"):

- 200 g de chocolate negro (yo usé con praliné, pero podéis usar el que queráis).
- 4 huevos, yemas y claras por separado.
- 2 cucharadas de azúcar.
- 200 ml de nata fría con más del 35% de materia grasa.

Derretimos el chocolate al baño maría. Dejamos enfriar y le añadimos las yemas de huevo. Batimos bien. Puede que la mezcla quede un poco "cuajada". Si veis que está demasiado espesa, añade una cucharada de agua o incluso dos.

En otro recipiente, batimos las 4 claras de huevo hasta que empiecen a montarse. Incorporamos el azúcar y seguimos batiendo hasta dejarlas a punto de nieve. En un tercer bol, batimos la nata hasta que empiece a montarse (si, otra vez a montar).

Añadimos, poco a poco y con movimientos envolventes, la mezcla de chocolate a la de nata.

Después, con una cuchara metálica grande, vamos incorporando las claras a la nata y el chocolate.

Volcamos la mousse sobre la base de masa brisa ya fría y metemos en la nevera unas 5 o 6 horas.

Para decorar:

- 250 g de queso mascarpone.
- 200 ml de nata fría con más del 35 % de materia grasa.
- Azúcar glas al gusto.
- Cacao en polvo.

Batimos el queso mascarpone con el azúcar glas hasta que esté todo bien integrado. Sin dejar de batir incorporamos la nata y seguimos batiendo hasta que monte.

Preparamos una manga pastelera con una boquilla rizada y la llenamos con la crema mascarpone. Decoramos la tarta.

En un colador grande ponemos dos cucharadas de cacao en polvo y espolvoreamos sobre la tarta.


¡Y listo! Ya os digo, ¡buenísima y facilísima!


Besazos a mogollón:

Eva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me gustaría mucho que dejaraís vuestra opinión! Besitos Eva.