¡Llegó el día! ¡8 añazos como 8 soles!
¡Felicidades princesa!!
Parece mentira, como una cosita tan pequeña puede convertirse en
algo tan grande en tu vida...
¡Si! Es el cumpleaños de Doña Princesa. Le tenía
que haber puesto de nombre Letícia, porque ella es una princesa tal
cual. Lástima que no ha nacido en una familia de alta alcurnia,
pero se apaña divinamente con lo que tiene para ser ¡la más divina
de todas las princesas!
Es presumida, coqueta, perfeccionista hasta la médula, ordenada,
fantasiosa y divina. Ésa es mi Claudia, con un genio que no le cabe
dentro y un corazoncito que se le sale de su cuerpo.
¡Y ha cumplido 8 añazos! Primero tocaba la celebración con la
familia y la tarta familiar (porque la de los amiguitos se la
dejamos a las grandes cadenas de letras doradas).
Me ha costado mucho decidirme por el modelo de tarta, pero creo
que ésta fue un acierto. Primero, le gustó mucho la decoración,
¡pero la sorpresa vino cuando la abrió! ¡Su cara lo decía todo!.
Da un poco de trabajo hacer cada capa de bizcocho por separado,
pero no tiene ninguna dificultad. Y os aseguro que la cara de niños
y mayores al abrir la tarta merece el esfuerzo.
Vamos con la receta:
Del libro de Alma Obregón "Objetivo tarta perfecta".
Para el bizcocho:
Para 5 moldes de 15 cm (podemos hornearlos todos a la vez o en
varias tandas, según el número de moldes que
tengamos).
- 250 ml de aceite.
- 250 g de azúcar.
- 250 g de harina.
- 2 y 1/2 cucharaditas de levadura.
- 5 huevos.
- 1 y 1/2 cucharaditas de pasta de vainilla.
- Colorante en pasta rojo, azul, verde, amarillo y naranja.
Para el relleno y decoración:
- 500 g de queso mascarpone.
- 500 ml de nata con más del 35% de materia grasa.
- 100 g de azúcar glas.
- Extracto de vainilla al gusto.
¡Al lio!:
Precalentamos el horno a 180ºC. Engrasamos los moldes.
En un bol, tamizamos la harina y la levadura. Reservamos. Batimos
el aceite, el azúcar y los huevos hasta que están bien integrados.
Incorporamos la harina y batimos a velocidad baja. Añadimos la
vainilla y mezclamos hasta que la masa sea homogénea. La pesamos y
la repartimos equitativamente entre 5 boles. Teñimos cada bol con
uno de los colorantes en pasta hasta que los colores sean bonitos y
brillantes.
Horneamos cada bizcocho 20/22 minutos o hasta que sus bordes se
separen ligeramente del molde y al introducir un palillo salga
limpio. Desmoldamos cuando los moldes estén templados y dejamos
enfriar los bizcochos sobre una rejilla.
Preparamos la crema de mascarpone, batiendo primero el queso con el
azúcar y el extracto. Cuando esté bien mezclado le añadimos la nata sin dejar de batir hasta que
monte.
Cortamos y nivelamos los bizcochos y rellenamos la tarta con una
capa de crema de mascarpone en cada piso de bizcocho. Metemos en la
nevera.
Acabamos de cubrir la tarta con una buena capa de crema de
mascarpone y decoramos, ¡cómo más nos guste!.
Yo, en este caso, dividí la crema sobrante en tres partes iguales y la tinté de colores. Para el dibujo utilicé tres boquillas de estrella, en tres mangas desechables cada una.
¡A la princesa le ha encantado! ¡Y a los demás también!
Besazos a mogollón:
Eva.
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