Mi amigo Paco se ha ido a Alemania. Así, sin mas, sin pensarlo
mucho. Se ha echado la manta a la cabeza (nunca mejor dicho, que menuda
rasca hace allí) y se ha ido. ¿A qué? Pues a hacer lo que aquí no
le dejan. Sí, señores y señoras, trabajar... T-T
Pero bueno, que no lo digo en plan triston de joooo, pobrecito, que
se está muriendo de asco allí. No,como diría mi madre: ¡ni hablar
del peluquín! (os lo juro no tengo ni idea de donde lo ha sacado).
La verdad es que, dentro de lo que cabe, está más a gusto que un
arbusto. Eso sí, echando mucho de menos a su familia...
Y ahí es donde entro yo, porque su familia, prácticamente es la
mía. Su mujer es mi amiga del alma. Que digo amiga, prácticamente
hermana. Que digo hermana, es, es... es ¡mi Mari!.
Total, que lo de los fines de semana en solitario con los niños,
pues como que no los lleva muy bien. Y yo pues "pa amenizar el
finde" en buena compañía decidí hacer una comilona (de esas
de no poder moverse después de comer de lo que uno bebe y come) en
una casita de campo que tienen ellos (si, yo decido y ellos ponen la
casa...).
Bueno, pues eso, que hemos comido y bebido a tuti pleni; y para
coronar la sobremesa y el cafetito con su licorcillo de rigor (¡orujo de
hierbas ole, ole y ole!), que mejor que un banoffee
minicupcake. O dos, o tres...
Porque, se comen sin querer. Cuando te das cuenta, ¡zascas!! ¡ya
te has zampao otro!!. Y es que ¡están de vicio!... ¡O de toma pan
y moja!. Como diría también mi madre (tiene su propio diccionario
de la Real Academia de la Lengua Española).
La receta, me da vergüenza decirlo, pero, si, si, si,
¡siiiiiiii!!!. Es del libro de Peggy Porschen. ¡Ahhhh!!!!
¡siiiii!!! ¡Oooootra vez!!!. No tengo remedio, lo sé... Prometo que
la próxima no será de ella, de verdad, lo superprometo. Pero es que
no lo puedo evitar, en serio, no puedo: ¡es abrir su libro y querer
hacerlo todo!!
Ahora, que os digo una cosa: si los hacéis, sé que pensareis
igual que yo. Es más, sé que diréis: ¡alaaaa!!! ¡esta mujer es
maravillosa y Eva tenía razón, todo lo que hace es increíble!. Sólo
tenéis que leer la receta, porque con sólo leerla se sabe que va a
ser un recetón. La verdad es que todas las que he hecho de su libro
me han impresionado para bien. Por eso repito, claro.
Pues nada, vamos con ella. Yo, he hecho alguna variación en el
glaseado, pero ya sabéis que soy de poca mantequilla, así que lo he
ajustado un poco a mi gusto. ¿A ver qué os parece?:
Para unos 24 cupcakes o 48 minicupcakes.
Para el bizcocho:
- 200 gr. de mantequilla.
- 200 gr. de azúcar blanquilla.
- Una pizca de sal.
- Las semillas de una vaina de vainilla.
- 4 huevos medianos.
- 200 gr. de harina con levadura.
- 70 gr. de chocolate negro (mínimo 53% de cacao), picado en
trozos pequeños.
Par el almíbar de azúcar:
- 150 ml. de agua.
- 150 gr. de azúcar blanquilla.
- 1 vaina de vainilla raspada.
Para el relleno:
- 200 gr. de dulce de leche.
- 1 plátano grande maduro.
Para el glaseado:
- 300 gr. de queso crema entero.
- 1 plátano maduro hecho puré.
- 300 ml. de nata con más del 35% de materia grasa.
- Azúcar glas al gusto.
¡Al lio!.
Para los cupcakes:
Ponemos la mantequilla, el azúcar, la sal y las semillas de
vainilla en un bol y batimos hasta que la mezcla esté esponjosa.
Batimos ligeramente los huevos en otro cuenco e incorporamos
lentamente la mezcla de mantequilla batiendo rápidamente. Si la
preparación empieza a separarse o romperse dejamos de añadir más
huevo e incorporamos sin dejar de batir, 2 ó 3 cucharadas de harina,
ya que esto hará que ligue la masa.
Una vez hayamos incorporado toda la preparación de mantequilla,
añadimos el resto de la harina y removemos hasta que la masa esté
justo mezclada. Esto asegurará que los bizcochos se conserven
ligeros y esponjosos. Agregamos el chocolate picado con una espátula
de goma.
Con una manga pastelera o cuchara, disponemos con cuidado la masa
en los moldes, llenándolos hasta dos tercios de su altura. Horneamos
unos 12/15 minutos.
Para el almíbar:
Vertemos el agua y la vaina de vainilla en un cazo y llevamos a
ebullición. Cocemos a fuego lento hasta que todo el azúcar se haya
disuelto. Reservamos.
Para el relleno:
Aplastamos el plátano con un tenedor y mezclamos con el dulce de
leche.
Para el glaseado:
Batimos el queso crema junto con el azúcar. Incorporamos la nata,
batimos hasta que esté bien integrada y montada. Agregamos el puré
de plátano con una cuchara.
¡Y los montamos!
Sacamos nuestros cupcakes del horno y dejamos enfriar 10 minutos.
Con la ayuda de un pincel pintamos con el almíbar. Cuando estén
tibios, retiramos de la placa y dejamos enfriar sobre la rejilla.
Con el descorazonador de manzanas le hacemos un agujerito a cada
cupcake y rellenamos con el dulce de leche y el puré de plátano.
Volvemos a tapar el agujerito con el bizcocho sobrante.
Ponemos el glaseado en una manga pastelera desechable y decoramos
los cupcakes como más nos guste.
Yo, les puse unos miniplátanos que compre en Lidl, pero como he hecho minicupcackes, los he tenido que partir por la mitad porque no me cabian.
Ale, pues ya está. ¡Ahora a jalárselos sin miramiento alguno!
Sobra decir, que encantaron a niños y mayores. Y a mi amigo Paco
le prometo unos cuantos a su vuelta...
Besazos a mogollón.
Eva.
Ajjj que delicia! Tengo muchas ganas de probarlos ;)
ResponderEliminarI follow you beautiful blog(Anna Ma on Google+). I hope you will follow me back and I will wait for you in my blog www.gabusiek.blogspot.com
Muchísimas gracias! y claro que me paso por tú blog! ahora mismito voy!
EliminarEsto desde luego es una locura, qué delicia!! Un abrazo, Clara.
ResponderEliminarMuchas gracias Clara! Y si, son una locura, están buenísimos!!! Un besazo!
EliminarTienen una pinta deliciosa, por cierto suerte a tu amigo Paco.
ResponderEliminarBesos
Miguel
lareposteriademiguel.com
Muchisimas gracias Miguel!
EliminarUn besazo!