Morena mía, si esto no es felicidad, que baje Dios y lo vea; y
aunque no se lo crea, esto es gloria...
Si, lo reconozco, ¡soy fan de Miguel Bosé! ¡Si señor! Soy de
esas que va a sus conciertos y canta hasta morir todas sus canciones.
De esas que, en ese momento taaaan grande en que Miguelito toca el
escenario, empieza a chillar como una poseída todo lo que se le pasa
por la cabeza.
¡Siiiii!!! ¡Me encanta! ¡Me pirra! ¡Me vuelve completamente
loca!!! Y no a mí sola, no. Mi amiga Mari es igual o peor que yo.... Y allá que vamos las dos, como si de quinceañeras se tratara,
empujando a todo quisqui viviente para ponernos en primera fila en
todos sus conciertos. Llegamos, nos posicionamos y lo damos todo.
Literalmente.
Y salimos de allí jurando y perjurando en hebreo y arameo, y
poniendo a Dios por testigo tal cual Escarlata Ojara, que jamás
volveremos a saltar en un concierto y, menos aún, con un cubata/cerveza
o cualquier bebida en la mano.
Es así, igual que subimos hasta el paraíso luego bajamos
hasta el infierno y recordamos de golpe el porrón de años que ya
tenemos. Pero, ¡qué nos quiten lo bailao, lo chillao y lo bebio!! Y,
por supuesto, el ver a Miguel Bosé en concierto, que eso, señoras y
señores, no tiene precio.
Claro, que estaréis pensando: si, bien, eres fan de Miguel Bosé.
¿Y?? ¿Qué tiene eso que ver con la receta?.
La verdad, verdadera, nada en absoluto.
Lo que pasa es que como estoy más loca que una cabra montesa, al
ver café me he acordado de mi Miguelito (el de casa no,
el que canta) y de su "morena mía, que nadie como tú me sabe
hacer ca-fé".
Si, estoy fatal, lo sé... Así que antes de que empiece a divagar
más de lo debido, vamos con la receta que nos incumbe:
Para el bizcocho. Del libro de Marian Keyes 'Salvada por los
pasteles'.
- 50 gr. de mantequilla.
- 80 ml. de leche entera.
- 1 taza de expreso frío.
- 2 huevos.
- 225 gr. de azúcar.
- 100 ml. de aceite de girasol.
- 100 gr. de nueces picadas.
- 200 gr. de harina.
- 50 gr. de cacao en polvo sin azúcar añadido.
- 1/2 sobre de levadura en polvo.
Precalentamos el horno a 180º y engrasamos dos
moldes de 15 cm.
En un cazo derretimos la mantequilla con la
leche y el expreso. En un bol, batimos los huevos con el azúcar
hasta obtener una mezcla espumosa. Agregamos la mantequilla con
el café y la leche a esta mezcla. También el aceite de girasol. Vamos incorporando la harina
tamizada con el cacao y la levadura. Por último, echamos las nueces troceadas y removemos.
Repartimos la masa en los dos moldes y horneamos unos 25 minutos o hasta que al clavar el pincho salga limpio.
Dejamos templar los bizcochos, desmoldamos y ponemos
sobre una rejilla hasta que estén completamente fríos. Envolvemos
en film transparente y reservamos en la nevera hasta que vayamos a
usarlos.
Para el mascarpone de café.
- 4 sobrecitos de café instantáneo.
- 500 gr. de queso mascarpone.
- 65 gr. de queso crema.
- 125 gr. de azúcar glas.
- 200 ml. de nata con más del 35% de materia grasa.
El día antes de montar la tarta ponemos a calentar
la nata con dos sobres de café hasta que se disuelvan bien. Retiramos
del fuego, dejamos que se enfríen y tapamos con film transparente de
manera que toque el líquido, y metemos en la nevera hasta el día
siguiente.
Batimos el queso con el café, añadimos la nata fría previamente mezclada con el café y seguimos batiendo. Incorporamos el azúcar poco a poco. Una
vez que que tenga una consistencia dura dejamos de batir. Guardamos
en un recipiente y refrigeramos una media hora.
¡Y montamos!
Cortamos y nivelamos los bizcochos de modo que nos
queden cuatro de la misma medida. Rellenamos con el mascarpone. Primero, ponemos la capa tapa migas muy fina. Metemos en la nevera una media hora y, entonces, ¡le ponemos una buena capa de crema de café por todos los sitios!.
Para las hojas de fondant:
Hacer este tipo de decoración es muy sencillo. Sólo
necesitamos unos cortadores de hoja con expulsor y fondant del color
que queramos (yo en este caso utilicé uno con sabor a chocolate que
está increíblemente bueno).
Hacemos una bola del tamaño de una mandarina con el
fondant. Rociamos azúcar glas sobre la superficie que vallamos a
trabajar y amasamos con ayuda de un rodillo hasta que nos
quede más o menos de un grosor de 1mm.
Cogemos el cortador que vayamos a utilizar y
presionamos unos segundo sobre el fondant para quede grabado el
dibujo. Levantamos y volvemos a presionar para que caiga nuestra
hojita. Dejamos secar las hojas un día y ¡listo!.
Para la decoración:
Simplemente necesitamos una cucharita pequeña y con la parte curva vamos dibujando unos pequeños semicírculos en direcciones contrarias y sobreponiendo unos encima de otros.
Ya sabéis que me pirra el café, así que la tarta
me ha encantado: ¡está tremenda! El bizcocho es muy jugoso y a lo
que más sabe es a chocolate. A mí, encontrarme las nueces por el
bizcocho me ha encantado, pero si lo preferís podéis triturarlas
más. El remate lo da el mascarpone de café. Si sois
cafeteros/chocolateros como yo, os la recomiendo al 100%.
Besazos a mogollón.
Eva.